Bienvenido a esta tercera y última parte de nuestra serie de blogs sobre Responsabilidad Social, donde hemos aprendido acerca de qué es, su importancia y algunas de las formas en las que podemos practicarla en nuestro día a día.
Si llegaste directo a este blog, o quisieras recordar los temas que abordamos la semana pasada, te recomendamos leer primero la parte 1 y 2 de esta serie de blogs, los cuales puedes encontrar en los siguientes links:
- https://fundacionbeca.net/la-responsabilidad-social-pt1/
- https://fundacionbeca.net/la-responsabilidad-social-parte-2-3/
Implementar la práctica de la Responsabilidad Social en nuestro día a día puede irse volviendo más sencillo poco a poco, transformando pequeños esfuerzos en hábitos diarios. ¿Pero cómo logramos compartir nuestras ideas y juntar a más personas para que aporten con su granito de arena? La respuesta es, a través de un proyecto de Responsabilidad Social.
En Fundación Beca, conocemos la importancia que tienen estos proyectos para hacer un mundo mejor, por lo que como parte de nuestras becas, todos nuestros beneficiados asumen el compromiso de contribuir con un proyecto de Responsabilidad Social, ya sea que tomen algún proyecto compartido por nosotros, o que ellos creen el suyo mismo. Además, gracias a los convenios con otras organizaciones de la sociedad civil, logramos potenciar el impacto positivo de estos proyectos en la comunidad.
En este blog te contamos sobre cómo se puede ir diseñando un proyecto de Responsabilidad Social, para que sepas cómo ir trabajando en el tuyo para traer bien a tu comunidad y a la vez tener una experiencia inolvidable.
Paso 1: Definir un grupo de interés objetivo
Los proyectos de Responsabilidad Social siempre están dirigidos hacia un grupo en específico, y el primer paso debe ser establecer hacia cuál dedicaremos nuestro proyecto. Para esto, te recomendamos realizar una investigación en tu comunidad acerca de los problemas más importantes percibidos por las personas, puedes hacer encuestas, salir a observar o buscar en Internet.
Paso 2: Establecer un objetivo
Una vez que tengas claro tu grupo objetivo, debes definir claramente qué quieres lograr con tu proyecto. Te recomendamos el acrónimo SMART para lograr una meta clara y completa, la cual nos indica que un objetivo debe ser:
- Específico (S): Debe consistir en acciones concretas, dirigidas a un grupo establecido y con un propósito claro (por ejemplo: “Reducir el gasto de agua en la comunidad Las Lomas”).
- Medible (M): Debes poder aplicar indicadores para saber tu progreso, (por ejemplo: “Reducir el gasto de agua en un 30% en la comunidad Las Lomas”).
- Alcanzable (A): Debe ser un proyecto lograble, no tengas miedo de ponerte retos altos, sin embargo hay que considerar los recursos disponibles.
- Relevante (R): El proyecto debe de tener un impacto importante y positivo en tu comunidad.
- Duración limitada (T): El proyecto debe tener una fecha de inicio y término, (por ejemplo: Reducir el gasto de agua en un 30% en la comunidad Las Lomas para Enero 2024).
Paso 3: Establecer un plan de acción
Una vez que tengas tu objetivo claro, puedes establecer pequeñas metas que te irán llevando al resultado final. Es importante establecer fechas para cada una, qué requieres hacer, qué recursos necesitas y de quién solicitarías apoyo. Te recomendamos utilizar una tabla como la siguiente para poder organizar todas las fases de tu proyecto:
Acción | Responsable | Entregable | Fecha | Recursos | Apoyo requerido |
Encuestar a los vecinos de Las Lomas. | Rodrigo. | 30 encuestas llenadas con el formato. | 30 de Octubre. | 30 formatos impresos, pluma. | Ayudante para encuestar. |
Paso 4: Monitorear y medir
Es importante que establezcas indicadores para medir si el proyecto está dando resultados, por ejemplo: cantidad de litros ahorrados por mes en la comunidad Las Lomas. De esta forma, podrás saber si las acciones del proyecto están logrando lo requerido.
También te ayudará a realizar los cambios necesarios al proyecto en caso de que no se estén cumpliendo las metas.
Paso 5: Concluir y evaluar
Una vez que hayas terminado tu proyecto, es vital analizar y reflexionar cuáles fueron los resultados.
- ¿Se logró el objetivo establecido?
- ¿Qué pudimos haber hecho mejor?
- ¿Hubo otros beneficios gracias a nuestro proyecto?
- ¿Mi proyecto puede usarse como referencia para futuras ideas?
Esto te ayudará a consolidar toda tu experiencia y conocimiento, y tendrás ahora una gran preparación para tus próximos proyectos de responsabilidad social.
Estamos seguros de que tu proyecto será todo un éxito. Nos encantaría escucharte en los comentarios, ¿tienes alguna otra recomendación para realizar un proyecto de Responsabilidad Social?
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