Este virus paradójico que destruye y a la vez rescata la vida, ha exigido a la humanidad reflexionar y replantearse su lugar y su modo de estar en el mundo. Son diversas las situaciones que vivimos, más allá de los miedos y precauciones que cada una/o decida y pueda tomar, hay circunstancias que se presentan de manera arbitraria a nuestra vida y nos empujan a actuar de un modo que no siempre es el mejor. Desde el cuerpo que experimenta ansiedad, y que al mismo tiempo ha aprendido a esperar, a no quererlo todo ahora.

¿Qué es lo que más importa?

Esta cuarentena nos ha revelado qué es lo más significativo en nuestra vida y a qué le damos mayor importancia. Nos ha expuesto a nuestros miedos descubriendo cómo los manejamos, cómo actuamos frente a ellos, lo que somos capaces de hacer por aquellas personas a quienes queremos.

La pandemia nos ha mostrado nuevos caminos para humanizarnos, nos ha llevado a sentir empatía y compasión por la sociedad, generando cadenas de unión y solidaridad. Mirando el presente y hacia adelante, seguimos interrogándonos ¿hacia dónde se dirigen nuestros pies, nuestra mente, nuestro corazón y nuestra vida?

El mejor momento es hoy

El mejor momento para descubrir y resignificar nuestro propósito de de vida es hoy. La capacidad de ser creativos y de estar dispuestos a tener un abanico de posibilidades que permita cambiar de rumbo sin renunciar a los sueños. Se trata de estar abierto a que también el camino de la vida sorprende y va demarcando otros senderos que necesitamos recorrer para llegar a esa sabiduría que necesitamos para poder sobrevivir emocionalmente a todo lo que estamos viviendo.

Necesitamos hacer de la vulnerabilidad, nuestra fuerza, no como aquello que lo puede todo, sino como aquello que, sabiendo que no lo puede todo, es capaz de encontrar y reconstruir un nuevo sentido de vida.

¿Qué es ser sabio?

El sabio no es aquel que comprende de manera intelectual toda la realidad, y de este modo adquiere un conocimiento para sí mismo. El sabio es aquel que, habiendo comprendido la realidad, y acepta día a día lo que es. Es quien orienta a los demás a “comprender”, “vivir”, “reflexionar” sobre lo que acontece. Reconoce que lo más importante es “aprender a vivir”, y no se puede vivir bien si no se vive desde la interioridad, desde la profundidad del ser.

Exploremos y encontremos esa sabiduría que todos tenemos. Es cuestión de observarnos, reconocernos y valorar todos los recursos con los que contamos para poder ayudarnos y apoyar a los demás.

Abraza tu presente, aprecia tu salud, valora a tus seres queridos, observa a tu alrededor, la vida es un regalo. Es hora de reescribir nuestro guión y que nos demos cuenta de cuáles son los pilares fundamentales de nuestra vida para poder resignificar cómo queremos vivir.

Psicoterapeuta P. Diana Cantellano M.

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