Antecedentes

La generación de los Baby boomers (1946-64), la de mis papás, vivió y construyó un mundo en donde obtener un título universitario era un seguro para acceder a condiciones laborales que les permitieran asegurar su futuro. Desarrollaron su carrera dentro de una empresa u organización que les recompensó su esfuerzo, su permanencia y lealtad con prestaciones. Esto les dio la posibilidad de construir un patrimonio y con la tranquilidad de contar con una jubilación y seguridad médica, asegurando así una vejez digna.

Ellos desearon construir una escalera eléctrica que le hiciera las cosas más fáciles a la siguiente generación. Sin embargo, la tecnología aceleró los cambios en el mundo y la escalera no funcionó más.

Generación X

Los nacidos a finales de los años 70, la Generación X (1965-80), aprendimos que un CV era la carta de presentación para mostrar nuestros estudios; los idiomas que hablamos; la paquetería que aprendimos a usar en una computadora y nuestra experiencia laboral. Eso era suficiente para que quien lo leyera pudiera decidir si contratarnos o no.

Millenials

La evolución acelerada de las computadoras, el Internet, el Big Data y demás cambios que han sido parte del desarrollo de los Millenials (1981-2000) han cambiado las reglas para construir una carrera profesional. El valor de los títulos educativos, el sentido del dinero y la visión lineal del futuro se han transformado. Han generado un escenario tan ambiguo y a la vez tan especializado, que algunas personas prefieren negar la realidad y seguir jugando con las reglas de una o dos generaciones atrás.

Centenials

Lo único que no podemos parar hoy es el cambio. Ahora vienen los Centenials (2001-2010) listos para integrarse a la toma de decisiones del mundo. Sin CV, están preparados para responder a las preguntas de lo que saben hacer, mostrando sus habilidades. Ellos trabajan con Apps y Software. Son sabedores de lo que esperan del ámbito laboral, y sin el estrés de lo que ese mundo espera de ellos.

En la actualidad…

Hoy, el CV es una hoja muerta, lo que el mercado laboral demanda es lo que debes ser capaz de hacer. Lo importante es el sello o marca personal de cada uno. Se esperan personas co-creadoras de su puesto de trabajo, de su profesión. Profesionistas girando alrededor del ser y no del tener, que aspiren a la construcción de los siguientes pasos de la humanidad y no se estanquen en la comodidad efímera del hoy. Gente que no se siente a admirar un título universitario enmarcado y se conforme con una hoja impresa que muestre su pasado y no refleje con nitidez la realidad, la persona que es hoy. ¿Estás listo para jugar con las nuevas reglas?

Por: Roberto Galíndez Gallegos

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